Biotecnología en la obtención de insulina humana.
¿Cómo se realiza el proceso?
La insulina es una hormona que se produce en el páncreas y
su papel principal es la metabolización de la glucosa, que es la fuente de
energía fundamental de las células de nuestro cuerpo.
Las personas cuyo páncreas no sintetiza insulina son
diabéticas y necesitan una administración externa mediante una, dos e incluso
mas inyecciones de insulina diarias para mantener sus niveles de glucosa en
sangre (glucemia).
La recombinación de genes humanos en el ADN de bacterias es
una de las posibilidades que ofrece la biotecnología, y que posibilita obtener
proteínas humanas con fines terapéuticos.
Se trata de la inserción del gen humano que controla la
síntesis de insulina e introducirlo en el genoma de una bacteria, la
Escherichia Coli, que habita en nuestros intestinos. Esta técnica es de gran
valor porque las bacterias se reproducen rápidamente y pueden duplicar su
numero cada 20 minutos. De esta forma se pueden obtener en poco tiempo muchas copias
del gen humano inserto en el ADN bacteriano, y producir grandes cantidades de
proteínas recombinantes.
Posteriormente esta insulina se purifica y se envasa para su
aplicación mediante generalmente por inyecciones subcutáneas.
Estas aplicaciones tienen muchos beneficio, no solo para la medicina sino también para la farmacéutica y la fabricación de una gran cantidad de productos derivados de la producción de proteínas. En general, gracias a las actuales técnicas para la manipulación del ADN es posible producir en gran cantidad de insulina genéticamente compatible con el paciente. Es prácticamente idéntica a la producida de manera natural en el organimo humano y por tanto es completamente útil y aprovechable para aquellas personas que no pueden producir la insulina.
En el Decamerón de Bocaccio se describe el primer uso de un
biosensor para diagnosticar está enfermedad, concretamente en uno de los
cuentos, un médico chupa la orina de una hermosa joven. La presencia de glucosa
en la orina y por tanto, el sabor dulce, es una indicación de la dolencia.
Hasta el año 1923 el único tratamiento que había para los diabéticos era
controlar la dieta de forma que los picos de glucosa en sangre fueran lo más
suaves posibles, hasta que en 1921 los canadienses F.G. Banting y C.H.
Best consiguieron aislar insulina a partir de páncreas de animales. Los
ensayos clínicos se llevaron a cabo en 1922 y al año siguiente Eli Lilly lanzó
al mercado la primera insulina comercial con el nombre de “Iletin”.
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